domingo, 16 de diciembre de 2012

Madrid vista por Woody Allen

Madrid, ciudad en la que vivo y de la que estoy enamorada, tiene muchos encantos. Pero lo que no es fácil es poder captar su esencia en las fotos. Hoy os voy a dejar unas estampas preciosas que mi buen amigo Tony (@AntonioJplinan), periodista, bohemio en esencia que no en aparencia y otro enamorado de la capital, hizo el otro día. Cuando me las enseñó me dijo que si Woody Allen viera Madrid la percibiría de forma similar lo que me pareció muy acertado. Tony tiene la capacidad de sacar la belleza de todas las cosas, ya sea al componer una canción, escribir una poesía, un relato o hacer unas fotos.


PARADAS DEL MERCADO NAVIDEÑO (PLAZA MAYOR)
MERCADO DE NAVIDAD (PLAZA MAYOR)
PUERTA DE ALCALÁ
PASEO DE RECOLETOS
TÍOVIVO EN LA PLAZA MAYOR

sábado, 1 de diciembre de 2012

Un rincón muy british en pleno Madrid

Siempre me han gustado los locales hechos con estilo, con ganas y con pasión por lo que hacen.
 Living in London es un claro ejemplo.
Se trata de un tea room situado en la Calle Santa Engracia, 4 (Madrid). Con una discreta cristalera de tonos verdes nos adentramos en un auténtico riconcito británico, con todo tipo de pastas, galletas y tartas inglesas así como una gran variedad de tés, cafés e infusiones.
Este salón de té no es solo muy british por sus productos sino también por su decoración que en general es muy victoriana. Como no podía ser menos está decorado con tonos pastel y estampados florales; las mesitas, que son pocas y están apretujadas al fondo del salón, están vestidas por largos manteles y las sillas tienen los típicos almohadones, consiguiendo en general un ambiente decimonónico, retro o "vintage" como preferimos decir ahora. Se trata de un espacio muy pequeño, lo que le hace encantador y coqueto, pero implica que suele llenarse rápido. También si lo preferís podéis sentaros en la barra, como yo hago, ya que a mi las mesas muy juntas me agobian un poco; pero como todo, ¡cuestión de gustos!

En Linving in London ofrece una carta muy apetecible. Si quieres desayunar o merendar recomiendo, sin lugar a duda, los scones con clotted cream y mermelada de fresa, os aseguro que no os arrepentiréis, ¡me encantaron! Si por cualquier cosa, preferís un trocito de tarta podéis encontrar una gran variedad como, por ejemplo, la de chocolate (con una jarrita de chocolate caliente para poder echarlo por encima) o la de zanahoria. Sino, también podéis comer algunas de sus galletas de mantequillas, cookies o muffins ingleses.
En cuanto a la bebida, yo recomiendo que probéis algunos de sus tés, por aquello de que es lo típico.

Al principio del salón, en este mismo local, hay una pequeña tienda con pastas, mermeladas, tartas... Puede ser una buena alternativa si no encontráis sitio en el salón y se os antoja algo british.

En resumen, vale la pena hacer una visita ya que es un must en la capital y más ahora que hace tanto frío. Además, debéis saber que dona parte de sus beneficios a una fundación de Tanzania.


lunes, 29 de octubre de 2012

Siempre nos quedará Bon Iver

Cuando parece que está todo inventado, cuando estamos cansados de oír que la buena música se hizo en los ochenta/noventa, cuando predomina lo que vende sobre lo bueno, cuando parece que ya nada puede sorprendernos... aparece alguien llamado Bon Iver.

Justin Vernon, cantautor y más conocido como Bon Iver, es un auténtico genio; lo cierto es que nos puede gustar el pop, el rock, indie, flamenco, el tecno o el rap, pero "al César lo que es del César", Bon Iver tiene un don. Ayer tuve la gran suerte de verlo en concierto en el Palacio de Vista Alegre de Madrid. Faltaba una hora para que saliera al escenario y la ilusión y las ganas se palpaban en el ambiente, y no era para menos, nunca antes había tocado en Madrid. Como era de esperar, no defraudó. Y pasó lo que no suele pasar: en directo es mucho mejor que en "estudio".
Creo que parte de su encanto, de su genuidad, de su autenticismo viene relacionado con su origen, con el inicio de lo que ha acabado siendo una gran banda. Y es que todo comenzó cuando el cantautor vivía uno de los periodos más confusos de su vida; tras la ruptura de la banda de la que había formado parte durante los últimos años, de su relación con Emma (en aquél entonces su novia) y después de que se le diagnosticase mononucleosis hepática ,Vernon abandonó Raleigh (su ciudad) y decidió pasar tres meses en la cabaña de su padre al norte de Winsconsin, aislado del mundo. Con una vieja guitarra y un aparato básico empezó a componer y a escribir sin más pretensión que explotar su lado artístico, su don, y pasar aquel mal momento. 

Cuando alguien escribe con el corazón compone no solo una canción,sino una auténtica descripción de un estado anímico; solo así se explica a posteriori que consiga emocionar a tanta gente. El conjunto de instrumentos que suenan a la vez (lo curioso es que lo que en realidad se presenta como un trío consigue parecer una orquesta) crea una atmósfera indescriptible, nueve músicos que fueron alternando instrumentos soportados por dos baterías, tres teclados, en ocasiones varias guitarras, violines, trompetas… Todo ello en un ambiente íntimo, con luces en el escenario que simulaban velas y con telas que creaban el ambiente propio de una cueva montañosa, además de un público totalmente devoto. Tocó canciones tanto de aquél primer disco que compuso perdido en la cabaña de su padre, "For Emma, forever ago", como del más reciente "Bon Iver, Bon Iver" y dejó momentos para el recuerdo, un esperado "Skinny love" (se ha convertido en su himno, su marca de identidad), "Towers", un impresionante "Wolves" con todo el público coreando cada vez con más fuerza (tras su petición) una de sus frases "what might have been lost" o un maravilloso cierre del concierto con el ya clásico "For Emma".

Lo cierto es que su música es lo más cercano a desnudar el alma. Su carácter introspectivo, su voz sincera y especial, ese tono propio de un falsete, la combinación de lo acústico y de lo electrónico, su estilo minimalista, innovador... en definitiva su don para experimentar. Si no has oído nunca a Bon Iver, en ocasiones, te pierdes, no entiendes el ritmo que ha cogido la canción, sientes que desvaría o que simplemente ha dejado de seguir la melodía. Por todo esto y por todo lo demás que no soy capaz de transmitir en unas líneas, Bon Iver ha irrumpido con fuerza en un panorama musical más bien desolador. Para mi, lo mejor de él es que se trata simplemente de un músico que sin pretensiones canalizó todo lo que sentía de la forma que mejor se le daba. Solo espero que no se corrompa, que no se venda.

Gracias Emma por decidir romper con él, sin ti probablemente no habría existido ese gran tesoro que es Bon Iver.